Una noche cualquiera

Autor de la imágen China Hamilton

Una noche cualquiera

Ayer mi Ama y yo salimos a cenar fuera y luego fuimos a tomar unas copas con unos amigos. En un momento determinado mi Dueña se dirigió a mi y me susurró al oído sabes que estás acumulando faltas a placer y que serás castigado severamente.
Pasó la noche y ya camino de casa sola en el coche me fue reprendiendo rudamente.
Llegamos y entré a la casa me desnudé con prontitud y me apresuré a atender a mi Ama. Me miró con malos modos y se limitó a decirme.
Perro hoy solo me darás placer, mañana ya te castigaré.
Me tendió boca arriba con los brazos por encima de mi cabeza y comenzó a morderme los pezones además de clavarme sus uñas cruelmente, el dolor era insoportable pero tenía que aguantarlo, ya que no me convenía disgustarla.
Cuando se cansó de torturarme se incorporó para poner su sexo encima de mi boca al tiempo que me agarraba de mi cabello aplastándome contra su fuente de placer.
El salado sabor de sus genitales me llegaba a mi garganta, al mismo tiempo que mi lengua sorbía diligentemente, mi aparato ascendía al cielo.
Craso error. Cuando lo advirtió su mano izquierda tiró rudamente de mis testículos al tiempo que exclamaba.
Si se te ocurre eyacular te los corto perro.
La amenaza era ficticia pero el dolor fue especial.
Mis pezones no admitían más tratamiento pero ella los retorcía y mordía alternativamente hasta que por fin se decidió cabalgarme.
Pronto estaba dentro de ella, pero decidió masturbarse con mi abultado pene.
El placer y la necesidad de irme era brutal, pero mi Dueña no quería que tuviese una eyaculación. Hasta que por fin la llego el orgasmo deseado.
La mire suplicante. Pero ella dura y autoritaria me respondió secamente no.
Mañana será otro día…

Eligio perro de Lady Lorena.