Foto de Jan Saudek
The Bond of Love No. 1, 1960
Otra forma de ofrecer mi sumisión
Allí bajo el manto de una noche de luna estaba ella.
Mi Reina convertida en la Dama de la noche.
Yo su siervo la contemplaba y sentía que era la razón de mi vida.
Muchas veces he pensado que nuestra vida en común era el compendio de una gran aventura y que si no vivimos dentro de una enorme fantasía no llegaremos al final.
Efectivamente nuestra filosofía dentro del bdsm no es solo dolor ni amor, es quizá un deseo de ambos de transformar nuestra existencia en algo especial, algo que nos vuelva alegres diferentes que nos enriquezca que nos haga caminar felices por nuestro destino.
Por cierto pienso que el humor las risas no están reñidas con la seriedad.
Que la practica de nuestra pasión no comporta sufrimiento y desde luego el respeto parte de ambos y solo es de los dos.
No deseo contradecir ni llevar la contraria a los eruditos, pero para mi es una variante mas real de una vida en común entre dos personas y hay no entran físicamente tres.
Muchas veces pienso que soy un sumiso ingobernable que no creo en lo que digo y que no siempre estoy dispuesto a demostrar a mi Ama mi sumisión, pero estoy totalmente equivocado.
Quizá mi sumisión esté más dentro. Sea la necesidad irrevocable de someterme a mi Diosa, de desear que mi alma viva junto a la suya, y es entonces cuando más deseo ofrecer a mi Dueña mi cuerpo.
Entonces el látigo ya no me duele, sino que me enorgullece y su marca rotula la historia de mi autentica sumisión, la que solo soy capáz de darle a ella.
Solo así soy feliz dentro del bdsm, viviéndolo dentro de una óptica de enamorados, y así mi Ama desea recibirme y solo así yo se entregarme.
Siempre efe perro de Lady Lorena.
Ocurre entonces que nuestro mundo se intensifica y cobra sentido, así es mi querido amigo, vivido entre dos , intensamente, fuera y dentro del juego, compartiendo y aceptando, ese es el juego en sí, esa es la verdadera entrega y sólamente cuando el Bdsm nace desde el amor, el látigo se convierte en caricia. LO DEMÁS LO DEJAREMOS PARA LOS ERUDITOS.
ResponderEliminarMuchos muchos besos a los dos.