En la soledad de mi alcoba.
En la soledad de mi alcoba, con las lámparas en las mesitas de noche encendidas con la luz tenue. Al fondo el resplandor de las velas con olor a canela y una música suave que despierta mis sentidos, me preparo para vivir una noche de lujurias y pecado.
Unas gotas de perfume humedecen mis senos. El corpiño de encaje negro se ajusta a mi cuerpo vislumbrando sus curvas. Las medias acarician mis piernas hasta llegar a la altura de mi suave liguero. Los zapatos de tacón de aguja y en mis manos un látigo de dulce cuero.
No se cuando empezó todo esto, pero si se que nací con ello dentro, y para mi no es ningún juego, sino que me hace vivir incontrolables deseos compartidos con mi siervo, para llegar a alcanzar el mas alto placer y la excitación de dos cuerpos unidos incondicionalmente al amor más puro.
Para aquellos que son sumisos y la entrega los embarga y para el deleite de aquel que utiliza su látigo la llama del amor y la pasión nunca será apagada.
Lady Lorena
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