La hora bruja
La noche es todavía joven.
Las flores del mejor rincón del jardín nos acompañan, y el frescor del riego al atardecer crea un microclima diferente.
En el centro de la mesa vigilan las velas.
Rojas como la sangre, calientan el ambiente, y nosotros los perros sentimos algo distinto.
Sentimos que nuestra humillación es bella, sentimos que nuestros cuerpos ya no nos pertenecen.
Dos Reinas y una princesa nos regalan su atención.
Un caldo especial para la ocasión da el toque de ceremonia.
¿Sabéis lo que poseéis perros?
Nos interroga la hechicera.
Agradecidos la respondemos que somos afortunados, que lo tenemos todo.
Somos el capricho de unas Reinas y gozamos del poder de una Princesa.
Pronto la benevolencia de las Dueñas cede, y con una exquisita maldad acuerdan que esa noche seremos más perros.
Una seca orden y ya desnudos a cuatro patas sus pies lameremos.
Es la hora bruja…
No somos dueños de nuestro pensamiento y nuestro cuerpo ya no es nuestro.
La fusta nos atempera y nuestras lenguas lamen sus zapatos al tiempo que cumplen sus deseos.
Después dejamos vivir a la noche y las luces del otro día nos traerán los recuerdos.
Mañana será otro día perros.
efe{perro de Lady Lorena}
La noche es todavía joven.
Las flores del mejor rincón del jardín nos acompañan, y el frescor del riego al atardecer crea un microclima diferente.
En el centro de la mesa vigilan las velas.
Rojas como la sangre, calientan el ambiente, y nosotros los perros sentimos algo distinto.
Sentimos que nuestra humillación es bella, sentimos que nuestros cuerpos ya no nos pertenecen.
Dos Reinas y una princesa nos regalan su atención.
Un caldo especial para la ocasión da el toque de ceremonia.
¿Sabéis lo que poseéis perros?
Nos interroga la hechicera.
Agradecidos la respondemos que somos afortunados, que lo tenemos todo.
Somos el capricho de unas Reinas y gozamos del poder de una Princesa.
Pronto la benevolencia de las Dueñas cede, y con una exquisita maldad acuerdan que esa noche seremos más perros.
Una seca orden y ya desnudos a cuatro patas sus pies lameremos.
Es la hora bruja…
No somos dueños de nuestro pensamiento y nuestro cuerpo ya no es nuestro.
La fusta nos atempera y nuestras lenguas lamen sus zapatos al tiempo que cumplen sus deseos.
Después dejamos vivir a la noche y las luces del otro día nos traerán los recuerdos.
Mañana será otro día perros.
efe{perro de Lady Lorena}
lo has descrito como fue mi amigo esas noches no se olvidan nunca ojala tengamos muchas porqe son las qe nos dan la vida. Mi ama y su perro dan las gracias a sus amigos por todo y por su exquisita cena.
ResponderEliminarLORCA, perro de Mistress Moon
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarSi amigo.
ResponderEliminarNos podemos sentir privilegiados por poder disfrutar con nuestras Amas de nuestra especial Princesa.
Un abrazo.
efe